martes, 31 de enero de 2012

Las madres no se ponen malas



Antes de que naciese Blanca no conocía esta realidad de las madres o súpermadres, y de su capacidad para no ponerse malas. ¿Qué no conocéis esa característica de las mamás? Seguro que sí, pero lo que ocurre es que no os habéis dado cuenta. Os voy a narrar los argumentos que no dejan lugar a dudas sobre mi gran descubrimiento:

Si se enferma el papá, se queda el día guardando camita, tomando caldito calentito, dejándose cuidar por su mujer, etc.

Si se ponen malitos los peques de la casa, se les cuida con todo el cariño del mundo y se les dan muchos mimitos hasta que se pongan buenos.

¿Y si la que enferma es la mamá? Pues en ese caso pasa las noches tiritando y dando la teta, pasa las tardes cuidando de los peques con un arsenal de pañuelos de papel y sigue con muchos de sus quehaceres diarios...¡¡Vamos, como si estuviese más sana que una pera!!

¿Y cómo podemos hacer todas esas cosas estando enfermas? Elemental queridas madres, he llegado a la irrefutable deducción de que en realidad no nos ponemos malas. Nos parece que tenemos mal cuerpo pero es sólo fruto de nuestra imaginación. Así que ya sabéis, la próxima vez que creáis estar enfermas no os preocupéis ;)

P.D. Tengo un gripazo con fiebre fruto de mi fructífera imaginación que quizás me esté haciendo escribir desvaríos...

viernes, 27 de enero de 2012

La princesa que sólo sabía llorar

<<Érase una vez, en un país muy diminuto, una hermosa princesa que acababa de nacer. Sus padres estaban muy felices con el nacimiento de su primera hija y, como les preocupaba no saber hacer las cosas bien, reunieron a los sabios más sabios del pequeño país para que les ayudasen a cuidar de su pequeña.

Los sabios entonces se reunieron con celeridad y resolvieron entre todos crear unas normas para el cuidado de la princesa. Dichas normas se resumieron en cuatro y cuando las terminaron fueron a explicárselas a los temerosos padres. El sabio con más títulos procedió a leerlas:
1- La princesa tomará biberones de leche enriquecida con 100 vitaminas para que crezca fuerte.
2- La princesa dormirá en una cuna de oro, arropada por mantas de las mejores lanas para que nunca pase frío.
3- La princesa estará cuidada por los sabios para que aprenda todos sus conocimientos.
4- Los padres de la princesa dedicarán todos los días un rato de su tiempo a la princesa y podrán comprobar que las normas anteriores se están cumpliendo.

A los padres de la princesa no les gustaron nada esas normas pero, como la querían tanto, al final cedieron.

Un día tras otro las normas se fueron cumpliendo y los sabios estaban muy contentos porque la princesa crecía fuerte, sana y todos los días le enseñaban algo nuevo. Sin embargo había un gran problema: La princesa lloraba y lloraba sin parar.

Se reunieron de nuevo todos los sabios buscando preocupados una solución. "Le pondremos música", sugirió uno. "Pondremos retratos de sus padres en la habitación", apuntó otro. Probaron con muchas cosas nuevas pero nada consolaba a la princesa.

Los padres, cada vez más tristes y preocupados, cogieron a la princesa y se marcharon de madrugada para buscar una cura al llanto de su pequeña. De camino pararon en una posada y, por si la niña tenía hambre, le pidieron un biberón. Una mujer que también se hospedaba allí les dijo que seguro que su hija preferiría tomar la leche de su madre. Asombrados por el extraño consejo, los padres hicieron caso de aquella mujer, la niña mamó con hambre y se quedó dormida en el pecho de su madre. La madre lloraba de emoción al poder estar abrazada a su hija y por aquel nuevo sentimiento que había surgido entre las dos.
Durmieron los tres juntos aquella noche y al despertar vieron con asombro como la princesa ya no lloraba, sonreía.

Esa mañana fueron a darle las gracias a la mujer que tan bien les había aconsejado y para nombrarla sabia en su grupo de sabios consejeros. La mujer agradeció el gesto pero denegó la invitación, su trabajo era traer niños al mundo y transmitir a las madres que se guiasen de su instinto, contribuyendo con el ciclo natural de las cosas.

Desde ese día, en aquel diminuto país, la crianza de los hijos fue natural y los sabios más sabios dedicaron sus conocimientos a otros menesteres.>>

Este cuento es mi pequeño homenaje a las matronas de la Liga de la Leche, que tantas veces me han ayudado a mí y a otras madres. Y a los médicos que contribuyen día a día a que las madres puedan amamantar a sus hijos.

Os dejo unos enlaces de webs que están apoyando al Dr. José María Paricio:
Érase una vez
Teteando
Amor maternal
Mimos y Teta


jueves, 26 de enero de 2012

Habitación de bebé económica

Cuando estaba embarazada tenía una necesidad imperiosa de comprar y preparar de todo para la llegada de la princesita. Era tan exagerado que muchas de las cosas que compramos ni siquiera las he llegado a usar o, con el tiempo, nos le he visto utilidad. Incluso escribí una entrada, La casa menguante, hablando de todas las cosas que había adquirido sin pensar.

Pero hoy quiero hablaros de la habitación, que ahora mismo es más bien su cuarto de juegos, donde no me gasté demasiado dinero y el resultado me gusta bastante. Antes de prepararla sabía que no quería que fuese de color rosa porque no es color que me guste demasiado en las paredes, por lo que me decanté por el lila. Tampoco quería poner una cenefa infantil porque los motivos son muy limitados y se acaban despegando, rompiendo, etc. Finalmente pensé en hacer yo un dibujo, pero no quería nada recargado para la habitación de un bebé, y acabé pintando libélulas por todas las paredes...


En esta foto se ve la cómoda Malm de Ikea (59,99€, pero ha estado de oferta algo más barata), con cuatro tiradores de madera (1,99€ cada uno) y un colchón cambiador que compré en Prenatal (creo recordar que por unos 12-15€).



Las estanterías son las Expedit de Ikea (49,99€). Las cortinas no se ven muy bien, pero tienen libélulas y mariposas bordadas, son de Vertbaudet y las compré en rebajas al 50% (Me costaron unos 26€ las dos patas). Además, compré un edredón para la cuna que sólo decora, pues Blanca duerme con saco entre la cama y la cuna sidecar, y una chichonera, todo de libélulas y mariposas (Todavía se sigue vendiendo en el nuevo catálogo de Vertbaudet)

Espero que os haya gustado, aunque ahora mismo la habitación está demasiado llena de juguetes a la espera de un baúl de almacenaje y por eso está algo recargada.

Por cierto, hoy es el Día Internacional de la Educación Ambiental, por lo que recupero también el post del compartimentador de la bañera, que ahorra hasta 15.000 litros al año!

lunes, 23 de enero de 2012

Los niños a jugar

Yo también veía las películas de Parchís y bailaba sus canciones, y las de Enrique y Ana...
Y también me tragué las reposiciones de Verano Azul...

Entiendo que debe haber niños en cine, publicidad y otros sectores, pero ante la inminente recreación del grupo Parchís no puedo evitar sentir pena por esos niños que van a hacer cosas de mayores.

Algunos podrán decirme que para esos pequeños es un juego pero yo lo veo como trabajo.
Otras personas pueden pensar que para los chicos del grupo Parchís hay muchas cosas positivas que van a aprender de esta experiencia (trabajo en equipo, responsabilidad, etc.) pero yo les puedo hablar de todo a lo que tendrán que renunciar y nunca podrán recuperar (tardes de juego, vacaciones y poder seguir siendo niño cuando eso es lo que eres)

Es un tema que seguramente plantea controversia pero, para eso escribo yo el blog, os voy a dar argumentos de peso sólo en contra de que los niños trabajen:
1- El Estatuto de los Trabajadores establece que los menores de 16 años no pueden trabajar. A partir de esa edad, y hasta los 18, pueden trabajar con consentimiento paterno.
2- Si los chicos de Parchís no fuesen a hacer un musical y una gira, y fuesen a dedicar las mismas horas, en las mismas franjas horarias, a otra actividad seguramente no nos parecería tan adecuado ver currando a niños de 10-12 años.
3- Mi tercer argumento es la historia. Ésta nos enseña que los niños prodigio muchas veces, ya de adultos, hablan de infancias perdidas, de explotación o de abandono cuando ya no eran rentables. Algunos ejemplos de muñecos rotos son Marisol, Joselito, Macaulay Culkin y alguno de los propios chicos del grupo Parchís original.

Quizás porque soy madre, o quizás a pesar de serlo, no estoy a favor de que los niños trabajen. Mi infancia está llena de largas tardes de ocio, con las bicis o las muñecas, correteando al escondite o jugando al pollito inglés. No me preocupaba por si me iban a coger o no en un casting frente a 14.000 niños, no tenía que ensayar muchas horas una actuación y no me perdía los cumples de mis amigos por estar de gira. No es esa la infancia que quiero para mi hija ni para ningún niño. Los niños a jugar...



miércoles, 18 de enero de 2012

Llamemos a cada cosa por su nombre

Cuando quiero entender algo y no lo consigo procuro bajar de nivel e intentar empezar por el principio. Es algo que me funciona en todos los aspectos y siempre acabo aprendiendo cosas nuevas. Esto me está pasando últimamente con el tema de la lactancia prolongada que tanta controversia genera. Pensaba que ese rechazo era algo exclusivo de mi entorno pero cada vez me encuentro con más madres que padecen las mismas presiones que yo. Así que he decidido empezar por lo más simple para lograr comprender el origen del problema (si es que lo hay...)

La Real Academia de la Lengua Española define la palabra Teta como "Cada uno de los órganos glandulosos y salientes que los mamíferos tienen en número par y sirven en las hembras para la secreción de la leche".

De esta definición saco en claro dos cosas importantes: la primera, que todos los mamíferos tenemos dos, y la segunda, que en las hembras sirven para producir leche.

Son conceptos tan sencillos y tan ampliamente conocidos por todos que se me plantean varias incógnitas como...
- Si los hombres también tienen no entiendo el interés que les genera (Algo freudiano debe haber oculto)
- Si su función es producir leche para alimentar a las crías no comprendo que pueda criticarse esa utilización, si es para lo que se han creado.
Los detractores de la lactancia prolongada alegan que los mamones (según la RAE "Que todavía está mamando" o "Que mama mucho, o más tiempo del regular", que no sé cuánto tiempo es ese...) generan un apego con sus madres que no es nada sano. Así que me volví a ver el diccionario para aprender algo sobre ese apego que da tanto miedo y lo define como "Afición o inclinación hacia alguien o algo". Menos mal que se trata de una afición ("Inclinación, amor a alguien o algo"), que ya me estaba viendo yo pagando años de terapia a Blanca por nuestra mutua afición a la teta!

Entonces puedo afirmar, avalada por la RAE, que la lactancia prolongada es fruto de la inclinación natural entre madre e hijo y el amor que existe entre ambos. También tengo muy claro que no es un vicio ("Hábito de obrar mal") o una moda ("Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo"), y que nuestra lactancia prolongada sólo va a beneficiarnos.

A ver si volvemos a llamar a las cosas por su nombre, criamos a nuestros hijos con amor y va pasando ya la moda del desapego ("Falta de afición o interés, alejamiento, desvío") y el dejar llorar ("Encarecer lástimas, adversidades o necesidades")!!!!

Pero qué a gusto me he quedado...




lunes, 16 de enero de 2012

Y ya ha pasado un año




Parece que fue ayer cuando, con mi princesita de mes y medio enganchada a un pecho, y a través de mi móvil, empecé con el blog. En ese momento no conocía otros blogs de madres o padres, no sabía si duraría o si acabaría siendo algo que "empecé y que no pude continuar", pero el cuerpo me pedía escribir y eso fue lo que hice.

Comencé a escribir lo que me apetecía, lo que me salía del alma, lo que me hacía desahogarme de los primeros agobios surgidos de la inexperiencia de una madre primeriza. Ahora, doce meses después, veo releyendo mis entradas que he ido creciendo y madurando como madre a la vez que este blog.

Reconozco que me acabó gustando este pequeño rincón de mi vida, este cuaderno de bitácoras donde de vez en cuando dejo que mis pensamientos cobren forma de palabras para que ya no sólo me pertenezcan a mí, sino a todos. Al final no puedo evitar pensar que recibo mucho más al escribir este Blog de lo que llego a aportar, porque no ofrezco otra cosa que mi YO en estado puro, pero nada más.

Siempre decía que mi vida cambió radicalmente cuando me despidieron embarazada y dejé de correr. Sustituí los horarios maratonianos por ser madre las 24 horas, los madrugones por las noches en vela, los ladrillos por pañales, etc.
Ahora, con mayor perspectiva, puedo afirmar que mi vida no cambió sino mejoró. Blanca ha dado sentido a mi vida y este blog me permite poderlo contar.

¡¡Así que os doy las gracias a todos por dejarme formar parte de vuestro mundo a ratitos!! Por leerme, seguirme o enriquecer este blog con vuestros maravillosos comentarios...
¡Gracias de todo corazón!

Os dejo los post que más me han aportado, por lo que sentí en su momento o por lo que he sentido al leerlos después. Con todo mi cariño...

El pecho a demanda es una moda.

Pecho, mimos y dudas

Enfermeras carniceras

Niño bueno, niño malo

Dejarle llorar es una malísima solución

Salir de casa

Cansada de tantas inseguridades

El apego inseguro

Descalzos por el parque


miércoles, 11 de enero de 2012

La quimio jugando se pasa volando


Hoy he conocido la Fundación Juegaterapia a través de una compañera del trabajo de mi marido y me ha parecido que era importante dar a conocer su trabajo con los niños enfermos de cáncer.

Se dedican a recoger todo tipo de consolas usadas (también mandos y videojuegos) y las distribuyen en las zonas de oncología infantil de los hospitales.
La idea es hacer más llevaderas las sesiones de quimioterapia en los hospitales y arrancar así alguna sonrisa, de hecho su lema es "La quimio jugando se pasa volando".

Las consolas se entregan a los niños con una pegatina con los datos del donante, para que el niño que la recibe o un familiar suyo pueda agradecerlo con una carta, un dibujo o una llamada.

Las consolas se entregan a niños ingresados aunque, cuando el paciente es dado de alta, permanecerán en el hospital para que puedan ser utilizadas por otros niños.

Todos sabemos que las horas en los hospitales se hacen eternas y para los pequeños es mucho peor, porque deben permanecer aislados en sus habitaciones. Si pasan el tiempo jugando, distraídos, se olvidan un rato del dolor y el tiempo pasa más deprisa.

Aunque su sede está en Madrid, cuentan con la colaboración de 20 Asociaciones de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer (FEPNC), con sedes en muchas provincias españolas.

Los Reyes Magos habrán traído muchas consolas nuevas y seguro que las antiguas harán mucho bien a los niños que están enfermos.

martes, 10 de enero de 2012

Pues no! No anda!

Tengo cada vez más claro que los padres, además de volcar en sus hijos sus miedos y frustraciones, consideran que existe una especie de competición entre sus bebés y los de los demás.
Me ha pasado, desde que nació Blanca,  con el tema de las horas de sueño, con lo que comía o dejaba de comer, que si gateaba o no, si se sentaba solita, etc.

¿Qué todavía toma pecho? (Pues sí)

¿No duerme ya del tirón? (Yo tampoco y tengo 33 años)

¿No comerá más cantidad si lo trituras? (¿Es un concurso de comer mucho y rápido?)

¿No duerme sola todavía? (Yo también prefiero dormir acompañada)

¡Qué estrés!

Ahora llega el turno del habla y del anda, que se repite de forma asombrosa cuando Blanca me pide suelo, porque no camina sola pero no hay quien la pare de la mano...

"Mira que niña más guapa. ¿Cómo te llamas? Ah! ¿Qué no habla? ¿Qué tiene 13 meses? ¿Y todavía no anda?"

Blanca está muy grande para su edad y eso hace que la gente espere que salga corriendo, hablando por los codos. ¡Pues no! ¿Y qué?

Aunque muchos no lo sepan, la Asociación Española de Pediatría no establece edades exactas a las que los bebés deban hacer algo en concreto, sino unos intervalos de referencia. En este caso, el de caminar, se considera que hasta los 18 meses es normal.

¿Entonces a qué se deben tantas prisas? ¡Hay que llegar el primero!

Quizás estamos ya tan acostumbrados a esta sociedad deshumanizada que siempre nos obliga a competir en todos los ámbitos (en el trabajo, en el coche, etc.) que estamos exigiendo la misma celeridad a nuestros bebés. Y queramos o no, afortunadamente nuestros pequeños siguen su propio ritmo y debemos respetarlo.


domingo, 8 de enero de 2012

Juguetes con mensaje


Entre los juguetes que dejó Papá Noel en casa de los abuelos y los que han dejado los Reyes Magos, vamos a tener que hacer algunas reorganizaciones del espacio para poder seguir viviendo sin hacinamiento.

Este año he aprendido dos cosas importantes sobre el mundo de los juguetes...
La primera es que han evolucionado una barbaridad desde mi más tierna infancia hasta nuestros días. Los muñecos que me dejaban a mí los Reyes Magos lo máximo que hacían era repetir siempre la misma canción, una y otra vez, cuando le dabas al botón. A otros les podías dar el biberón y simultáneamente manchaban el pañal con el mismo líquido que, por acción gravitatoria, salía a gran velocidad. Los peluches eran sólo simples muñecos a los que achuchar. Las cocinitas eran el juguete que complementabas con garbanzos y macarrones que tu madre te daba para poder imitar que cocinabas de verdad. Ahora los muñecos se conectan a Internet para personalizar datos de tus hijos, les llaman por su nombre y les hablan en dos o tres idiomas. Los peluches tienes cuatrocientos botones para aprender los números, las letras, los colores, las canciones, los cuentos o las nanas para dormir. Y la cocinita de iniciación que le han traído a Blanca tiene luz, se oye como cae el agua cuando abre el grifo, te avisa cuando el horno ha terminado de cocinar, te habla en inglés... ¡¡Qué me gusta más a mí que a ella!!

La segunda
es que por muy modernos que sean y por mucho microchip que lleven dentro no estoy muy segura del todo de si pueden llamarse "juguetes educativos". Porque los juguetes antes no te enseñaban inglés, que es algo que está realmente muy bien, pero dejaban algo más de espacio libre para la imaginación.

Además, hay dos de los juguetes que cantan canciones cuyas letras no me gustan demasiado. Una es la canción de los patitos, que dice lo siguiente:

"Todos los patitos se fueron a bañar
el más chiquitito no sabía nadar
su madre enfadada le quiso pegar
el pobre patito se puso a llorar"

Yo, aunque me puedan tachar de exagerada, la versión que le canto a Blanca es la que dice que el patito se quedó detrás (se despistó) y la madre enfadada (asustada al no verle) le quiso regañar. No me parece que el hecho de que no sepas hacer algo sea para que tu madre se enfade. Y no me gusta una canción que habla de pegar a los niños ni a nadie!

Otra canción que no me hace gracia es la que suena en un libro de canciones que le pedí yo misma a sus majestades y cómo me arrepiento de no haber escuchado el libro entero antes de elegirlo. Es una versión de "El Patio de mi casa" que desconocía, que dice que "Y si tú no me quieres otro amante me querrá", en vez de "otro amigo" como yo la cantaba de pequeña. ¡¡Valeeee...quizás soy un pelín exagerada en este caso, pero es que me gusta más mi versión!!

En cualquier caso, me he dado cuenta de que regalar un juguete a un niño es una gran responsabilidad y que, por encima de lo moderno o fascinante que nos pueda parecer a priori, lo más importante son los valores que queremos que nuestros hijos aprendan cuando jueguen con ellos.

jueves, 5 de enero de 2012

La primera cabalgata

Hoy me siento niña de nuevo. Estoy tan feliz e ilusionada por todo lo que viviremos en las próximas horas que no dejo de hacer planes.
Es maravilloso darse cuenta de que los hijos son capaces de recuperar la ilusión que ya no tenías o que quizás no recordabas tener.

Cuando rememoro las navidades de mi infancia todos mis recuerdos vienen cargados de sensaciones de felicidad. Las reuniones familiares en las que podías comer turrón de chocolate sin medida, cantar villancicos con tus primos, pedir el aguinaldo o ver los Belenes de los vecinos. Pero sobre todo recuerdo lo lento que se me antojaba el tiempo hasta que llegaban los Reyes Magos. Me encantaba escribir la carta para sus majestades, ir con mi familia a ver la cabalgata, recoger caramelos como si de tesoros se tratase, escuchar por la noche el reloj de cuerda de la casa de mis abuelos que me mantenía alerta por si oía a los Reyes llegar...

Con el paso del tiempo las fechas perdieron su brillo, ya no estaban todos, no había ilusión y las reuniones familiares eran una cita obligada agobiante e ineludible. 

Este año ha sido distinto. Hemos adornado la casa con más cariño, hemos oído villancicos, hemos ido a visitar Belenes y a ver las luces del centro, hemos realizado con sumo gusto todas las tradiciones y hemos saboreado en su plenitud todo el espíritu navideño. Nuestra pequeña ha obrado el milagro y me ha devuelto la ilusión por estas fechas.

Y hoy, como no podía ser de otra forma, vuelvo a esperar ansiosa la llegada de sus mágicas majestades. Veremos la cabalgata, recogeremos caramelos y nos acostaremos temprano para esperar con nerviosismo que vengan a traernos los regalos.
Mañana podré ver la cara de Blanca viendo sus juguetes y será uno de los recuerdos mágicos que atesoraré en mi memoria mientras viva.

¡Feliz noche de Reyes para todos!

Por cierto, os dejo el enlace de BABALLA, donde promueve la nueva iniciativa de UNICEF.