miércoles, 16 de marzo de 2011

¿El descubrimiento del colecho?

Desde que me quedé embarazada, y en parte como consecuencia del reposo obligado, mi mayor distracción fue leer sobre el embarazo y el cuidado de los bebés. Todo lo que estuviese mínimamente relacionado con mi bebé me interesaba, y así supe de la existencia de otras formas de hacer las cosas. Me enteré de que era posible no usar biberones y que mi hija podía beber en vaso si tenía más de seis meses. También pude leer que la alimentación complementaria podía no consistir en papillas y purés, pudiendo pasar de la lactancia materna a los sólidos. ¡Me parecieron unos descubrimientos tan interesantes!
Además aprendí una nueva palabra para algo que era muy antiguo ya: COLECHO. Con esta palabra designan ahora al hecho de dormir junto a tu bebé. Yo misma he dormido muchísimo con mi madre, y ahora estoy durmiendo temporalmente con mi hija. Empecé a meterla en mi cama cuando, entre el sueño y el frío, descubrí lo cómodo que era amamantarla calentita y poder dormir un poco más. Después, al hablar con otras madres como mi abuela, he sabido que es algo muy común. Mi intención es que cuando pase el frío duerma en su cunita, junto a mi cama, lo que no quita que alguna vez a acabe durmiendo con papá y mamá...
Ayer, en un foro de crianza que me gusta mucho, me atacaron por decir que iba a pasar a Blanca a la cuna. Se trata de un foro procolecho donde ven como una aberración que mi hija no duerma conmigo.
Ahora que estamos volviendo a criar a nuestros hijos con apego, dando lactancia materna, cogiendo más en brazos, etc.  creo que no deberíamos retroceder en algo tan importante como la tolerancia y el respeto por las distintas opiniones. Y en mi opinión, si mi hija está todo el día conmigo, la cojo mucho en brazos (más bien no la suelto...) y recibe mucho cariño y atención, no creo que vaya a hacerle ningún daño acostándola a mi lado pero en su cuna. Y sobretodo no seré peor madre por ello. Hay mil formas de hacer las cosas y no hay sin embargo una única forma de hacerlas bien. ¡Volvamos realmente a la crianza natural, donde cada madre tiene un instinto diferente y propio, huyamos de adoctrinamientos en uno u otro sentido, y sobre todo hagámoslo con muchísimo amor! :)


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