miércoles, 7 de septiembre de 2011

El mío más

Hoy me he acordado de la entrada que leí anoche del Blog Buceando en mí que hablaba de una forma muy inteligente sobre el papel de las mujeres en la sociedad actual. La imagen de súper mujer o mujer perfecta que es capaz de llevarlo todo (familia, hogar y trabajo) con gran habilidad y sin perder la sonrisa.
Por supuesto que se trata de una imagen irreal que nos venden, igual que nos venden cremas para las arrugas modelos que por su edad no las necesitan. Pues anoche leí el post de Cocolina y hoy... ¡¡He conocido a una de esas mujeres perfectas!!

Estaba columpiando a la peque y a nuestro lado había una madre con su bebé, unos meses algo mayor que Blanca. Comenzamos a tener una de esas conversaciones intrascendentales que comienzan con "qué mono es tu bebé" y acaban hablando del número de despertares nocturnos.
Lo curioso es que allí estaba yo, con mis vaqueros desgastados, las ojeras de no haber pegado ojo porque Blanca ya ha pillado su primer virus en la guardería, contándole que la pobre está malita, que no hemos dormido, que está pasándolo fatal al separarse de mí en la guardería, etc. y todo lo que ella me contaba era maravilloso y sobre todo... perfecto.
Ella estaba perfectamente maquillada, peinada, conjuntada, y su bebé dormía del tirón casi desde que nació, comenzó a gatear casi poco después, no anduvo sino corrió, y ahora con trece meses conocía no se cuantos bits de palabras e imágenes que estimulaban su inteligencia... Todo lo que yo le contaba ella y su bebé lo hacían mil veces mejor.
Todo era perfecto pero ¿Sería verdad? Rosa Jové nos contó en su charla que sabía que muchos padres mentían al decir lo bien que sus hijos lo hacían todo, y en su momento me pareció algo absurdo que alguien pudiese no decir la verdad en esas tonterías.
Y de ser verdad ¿No es un poco agotador tener ese nivel de exigencia contigo misma y con tu bebé?
A mí si Blanca me sonríe y la veo feliz ya me basta, ¿Soy poco exigente?

Es cierto lo que decía Cocolina que el primer sentimiento que padeces ante esta súper mujer es de inferioridad, pero sólo durante unos minutos, porque después te das cuenta de lo feliz que eres siendo limitada, imperfecta y viviendo algo más relajada.

3 comentarios:

  1. que bonito blog tienes! un placer pasar por aquí.
    ya te sigo
    coni-baby.blogspot.com

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  2. Yo siempre odie la comparaciones y, aunque soy consciente de que muchas veces comparamos sin darnos cuenta, es algo a lo que procuro no hacer caso. He escuchado muchísimas veces a padres hablar de lo maravillosos que son sus hijos y otras tantas de lo insoportables que son y en algunos casos son los mismo padres jajaja.

    Cosas a las que procuro no hacer caso, ya que creo que es muy normal agrandar cuando te encuentras orgulloso de tu retoño y cuando estas quemado, también.
    Procuro ser equilibrada y no alardear, normalmente a esos comentarios de mi niño mas sonrio y digo pues que bien.

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  3. Muchas gracias Mami Wendo!!! Y me alegro de que te guste.
    Magda, yo le sonreí en todo momento a la súpermadre. Después reflexioné y escribí este post. Muchísimas gracias por tu comentario.

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