martes, 18 de septiembre de 2012

Íntimo y personal


Para mí la transformación de niña a mujer no fue nada agradable. Mi mente deseaba a toda costa continuar disfrutando de las tardes relajadas de juegos y muñecas, mientras mi cuerpo comenzaba a fabricar hormonas que habían llegado sin preguntar con el único propósito de arruinarme la vida.

Me avergonzaban los cambios y los primeros ciclos llegaron acompañados de dolores que nada calmaban. Desgraciadamente esa ha sido la tónica general de esta extraña relación que comenzó sin mi permiso y que ha continuado alborándome la vida.

¿Que no quieres que te venga? Pues me adelanto. ¿Que deseas llevar un control? Pues vendré cuando me de la gana. ¿Qué tienes ya una edad? Pues toma acné. ¿Qué deseas olvidarte de mí? Pues comenzaré con los dolores no una sino dos semanas antes...

Otro aspecto que trae el desarrollo son las visitas a un médico que te desagrada más que el dentista. Si das con uno bueno a la primera todo es maravilloso (dentro de lo que cabe) pero si no, puede llegar a ser de lo más desagradable...
Yo he conocido a la opusiana que no quería mandarme anticonceptivos y me miraba con cara de desaprobación. "¿Soltera y manteniendo relaciones? ¡¡Qué escándalo!!". Al que siempre quería mandarme anticonceptivos si me veía un granito. "Tú ya eres mayor para el acné. Toma Diane". A la que me reñía porque no me bajaba lo suficiente la ropa para la eco. "Anda. Quita"

Al final di con un médico que me encantaba. Él me llevó también el embarazo y me asistió en el parto. Y aunque no pude tener un parto natural pese a que lo intenté creo que, al contrario de otros casos, mi parto me reconcilió con mi femineidad. Para mí fue un día feliz y maravilloso que me hizo agradecer el ser mujer. Tras casi veinticuatro horas de dolores y contracciones solicité la epidural. Me perdí la expulsión pero el personal fue tan extremadamente amable, la matrona me ayudaba tanto y el ginecólogo fue tan humano... ¡¡Que mi parto es un recuerdo agradable que guardaré para siempre en mi memoria!! ¡¡Y el próximo, dentro de unos años, será natural seguro!!

Ahora, después de haber estado dos años sin ella, convivo con mi menstruación, la maldigo de vez en cuando, pero ya no la veo de la misma forma. Me recuerda lo maravilloso que es ser mujer, sentir a tu hijo en tu vientre y es un precio pequeño para todo lo que nos aporta.

6 comentarios:

  1. cristina (la murciana)18 de septiembre de 2012, 14:58

    Muy bueno este escrito Marian, y a mi me pasó exactamente igual en todos los sentidos; un rollo los primeros cambios que experimentamos, fisica y mentalmente, el tema del Diane también lo pasé yo, con la consecuente retención de liquidos en todo el cuerpo, sobre todo en la cara, que se me puso de bollo de a kilo, jeje...
    Pero es cierto, que todo eso y mucho más merece mil veces la pena, si pensamos para que sirve esto de la menstruación, para dar a luz a una persona independiente, para crear una vida, ufff.
    Todavia a veces, me quedo observando a mi niña, una parte de mi y de Marcos, y lo sigo viendo como algo alucinante; me invade un cosquilleo por todo el cuerpo que solo una madre puede entender...
    Oye, algún dia tenemos que presentar a Blanca y Carmen, si me paso por tu tierra te aviso vale? besote

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    1. Es maravilloso reconocer nuestros gestos y expresiones en los hijos y que, a la vez, sean unas personas tan únicas ;)
      Me encantaría que vinieras por aquí!!!! Jo!!! Me haría muchísima ilusión!!!! :D

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  2. Me ha encantado como has contado lo de tu parto sobre todo porque hay muchas personas que piensan que si te ponen epidural no es lo mismo. Mi primero fue con epidural y lo recuerdo super emocionante el segundo de manera no intervenida y lo recuerdo vibrante. Intuyendo un poco por donde anda tu sensibilidad cuando llegue tu momento vas a flipar y disfrutar mucho. Me encantará entonces leer tu post. Escribes muy bonito,con sentimiento y es de agradecer blogs tan personales como el tuyo.

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    1. Querida Almabril, siempre me dedicas unas palabras preciosas. Muchísimas gracias. Me siento muy honrada y agradecida de tenerte como lectora :)

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  3. A mi me pasó algo parecido, pero fue a mas, cuando experimenté mis cambios corporales, me ocultaba en ropas grandísimas y deseaba con todas mis fuerzas ser un hombre. Fue duro pero pasó.
    Me encanta como tu parto marcó un punto de inflexión y aceptación, cómo nos marcan los niños!
    Besos!!

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    1. Siento mucho lo que pasaste. La adolescencia es un período muy complicado que nos altera la existencia feliz de la niñez. Cuando dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor no se refieren ala adolescencia seguro!!! ;)
      Un abrazo

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