Mami obsesiva

Hoy no estoy de humor. Blanca lleva demasiados días mala, durmiendo poco, con malita cara y yo no dejo de sufrir por ella. Deseo verla bien ya. Por eso tengo lo demás abandonado: mis blogs favoritos, las oposiciones, yo misma...
Ayer dejamos a la pequeña tres horas con mis padres porque teníamos unas entradas compradas hacía mucho tiempo y, para no faltar a la verdad, porque no podía decirle a mi pareja que no quería ir. Cuando íbamos de camino al espectáculo comenté que no me apetecía nada separarme de Blanca otra vez y me dijeron literalmente que eso no era sano.
Y yo me pregunto ¿Por qué no es sano que no desee estar sin ella? ¿Sería más sano que me apeteciese dejarla mucho con los demás? ¿Sería una madre "más sana"?
No me considero una madre perfecta, ni la mejor madre, ni mucho menos la que más quiere a su hija, pero la quiero tanto que mi vida no tiene sentido si no estamos juntas. Cuando me mira con sus ojitos me da la vida. Cuando me da besitos de Gnomo sin que se los pida me quita las penas. Cuando creo que me necesita y siento que tengo que cuidarla, también se que yo la necesito también a ella.
Por todo esto que, entiendo desde mi lógica, sienten todas las madres, no veo el motivo por el que le deba extrañar a nadie el que me cueste separarme de ella. Al fin y al cabo no es que no sea capaz de separarme de ella, lo hago, pero no de buen grado.
Dentro de poco comenzará a caminar, a explorarlo todo, crecerá y yo ya no seré tan interesante ni tan imprescindible para ella. Así que desde aquí os digo que pienso disfrutar de mi maternidad a mi manera y como me apetezca. Porque ser madre no sólo es quitar pañales, dar el pecho y pasar malas noches sin pegar ni ojo. También es disfrutar de los paseos, de los juegos, de los besos y de las risas sin que nadie nos imponga un tiempo. Para mí TODO es importante y voy a intentar perderme lo mínimo posible.