Ya lo dijo Ortega y Gasset, y qué razón tenía...
Ayer estuve viendo fotos de cuando era pequeña y, en una de mi primer cumpleaños, pude apreciar lo que nos parecemos Blanca y yo. Hace más de 32 años de esa foto y me hizo mirar con nostalgia a mi infancia. Todo lo bueno o malo que me ha pasado, mi familia, mis amigos, mis vivencias, etc. me han hecho ser como soy.
Ahora que soy madre me asusta la responsabilidad que conlleva no hacer bien las cosas y que pueda repercutir en mi hija.
No juzgo a mis padres porque lo han hecho lo mejor que sabían y podían, y espero que Blanca en un futuro tampoco me juzgue a mí.
Mis abuelos educaron de una forma, mis padres de otra y yo deseo hacerlo de manera muy distinta pero...
¿Se puede tratar a tu hijo de forma muy diferente a cómo te han tratado a ti?
¿No nos parecemos demasiado a nuestros padres y no llevamos con nosotros sus éxitos y sus frustraciones?
¿Repetiré al final las mismas frases que mis padres me decían a mí?
¿Acabaré dando el "más vale un cachete a tiempo" que tanto detesto?
El tiempo contestará esas preguntas. Sólo deseo que la respuesta sea que podemos coger todo lo bueno de nuestros padres y mejorar lo demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario