Ahora que sólo queda un mes para que se acabe mi baja maternal empiezo a plantearme el futuro laboral y cómo afectaría a Blanca. En un mundo ideal podría vivir sólo con el sueldo de mi marido y podría dedicarme por completo al cuidado de mi hija, que es lo que realmente me apetece. Pero en la sociedad en la que vivo tenemos que empezar a buscar una guardería para que en septiembre yo pueda encontrar trabajo, estudiar algo o prepararme unas oposiciones.
Antes de que naciese mi hija trabajaba todo el día, muchas horas, y no volvía a casa ni para comer. Por eso a la dificultad de buscar trabajo con la crisis que hay, que ya parece una odisea, hay que añadir que no volvería a trabajar todo el día. Sólo me interesan empleos que me permitan estar al menos por la tarde con Blanca. ¡Qué difícil lo veo!
Tengo que explicar que soy aparejadora y que no creo que vuelva a trabajar de ello nunca más, porque en la construcción no hay trabajo y porque los horarios interminables son la norma general.
¿Y qué puedo hacer? Lo de opositar no me parece mala opción pero seguro que esta idea también seduce a los casi 5 millones de parados... y volver a estudiar me da mucha pereza.
He estado buscando empresas que faciliten la conciliación laboral y, aunque en este país eso es ciencia ficción, he encontrado una web muy interesante: www.masfamilia.org. Se trata de una web que otorga una certificación denominada "efr" a las empresas que aplican medidas reales de conciliación. El problema es que las empresas que tienen esta certificación no tienen nada que ver con mi formación.
En cualquier caso, y decida lo que decida, mi pobre bebé acabará casi irremediablemente en una guardería en septiembre!!! ¡Qué mal lo vamos a pasar las dos!
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