lunes, 19 de mayo de 2014

La adolescencia de la infancia

Siempre había oído hablar de los "terribles dos años" como la etapa de la infancia de un niño en la que más pataletas, rabietas y conflictos podía haber. Yo había leído que las dificultades verbales de los pequeños, y su todavía escasa capacidad para explicar las cosas, les hacía disgustarse muchísimo y eso originaba problemas de incomprensión por parte de los padres. Yo estaba preparada. ¡¡Iba a empatizar con ella!! Qué bonita es la teoría...¿verdad? Pero los dos años pasaron sin problemas, sin pataletas, sin apenas gritos ni rabietas y pensé que no había sido para tanto, hasta que llegaron los "HORRIBLES TRES AÑOS"


¿Dónde quedaron esas tardes tranquilas y divertidas de manualidades y juegos? ¿Cuándo volverán las mañanas en las que se levanta sin gritar y sin pegar? ¿Quién es esa pequeñaja díscola y qué ha hecho con mi hija?



Ahora me siento inmersa en un círculo vicioso que me cuesta romper, en el que ambas siempre estamos enfadadas. Los recursos que antes me funcionaban ahora no lo suelen hacer y a veces acabo siendo una madre diametralmente opuesta a la que deseo.

Esta mañana entré en su habitación para despertarla y antes de que cruzase la puerta ya me estaba gritando que me marchase, llorando, sufriendo porque ella deseaba levantarse sola e ir a mi habitación a darme los buenos días. Le pedí que no me gritase, le expliqué que yo no le grito, y le dije que sólo tenía que pedírmelo para que yo la esperase en mi habitación. Después me marché a esperar pero su enfado iba en aumento porque no había cerrado bien la puerta, después por otras cosas. Nada la calmaba y yo, a los quince minutos de intentos fallidos, me quedé sin paciencia y la cogí por la fuerza para vestirla. El resultado es que si antes gritaba y lloraba, ahora me pegaba y se tiraba al suelo. Le di besos y abrazos, y cuando se calmó pude hablar con ella. Pero yo ya no tenía humor para jugar como todas las mañanas a "mami, yo soy Rapunzel y tú eres..." y ella me miraba con ojos llorosos porque no lograba entender por qué no me apetecía jugar.

Estos episodios se repiten con bastante frecuencia y aunque intento empatizar con ella, siento que cada vez lo consigo menos. Me cuesta comprender que me pida las cosas tan mal, a gritos, cuando nosotros nunca le hemos hablado así a ella. A veces pienso que quizás sus rabietas no son más que el fruto de ser demasiado estricta y de corregir con demasiada frecuencia las cosas que hace.

Ahora mismo me siento la peor madre del mundo, por no conectar con ella cuando lo pasa mal, por no saber apoyarla y por no ser la madre que ella necesita.

10 comentarios:

  1. Uffff, mi niño cumple hoy sólo 29 meses, así que todavía nos queda un poquito para los tres años, pero me hago una idea de cómo te sientes, a mí me altera mucho cuando no consigo entender a mi hijo lo que me pide, y ni de lejos aguantaría yo quince minutos por la mañana... Que el reloj corre y a mí me da mucha pena despertarle antes de tiempo, así que luego para llegar bien a trabajar no hay tiempo que perder...

    Mucho ánimo porque si a pesar de esos momentos de explosión de tu hija consigues mantenerte en calma y sin gritar para mí eres una madre diez. Aunque debo reconocerte que en parte me consuela que nos cuentes que tu hija grita a pesar de que tú no le grites a ella (porque a mí me cuesta bastante contenerme, pero es mi propósito diario no gritarle más...)

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    1. Yo habitualmente no le grito y le hablo con respeto...pero hay veces que también pierdo los papeles. Lo que intento es intentar adelantarme...y aprender si ocurre.
      Un besote

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  2. Se como te sientes porque me he visto en las mismas. En realidad a veces seguimos así, aunque justo hoy has leído como ha ido cambiando él.
    Ni tengas duda de que todo mejorará con en tiempo. Es una etapa de mucho cansancio emocional. Es agotador. Hace que continuamente te plantees si lo estás haciendo bien, que te sientas fracasada, enfadada con ella y contigo misma... una etapa dura sin duda pero si...pasará.
    Muchiiiiisimo ánimo amiga y un saco lleno de paciencia y cariño

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    1. Es tremendo Carmen. Si hago una cosa mal, si no la hago peor. Lo malo no es que se enfade por algo y sea desproporcionado. Llevo peor no saber por qué empieza a gritar...
      Ojalá pasen pronto
      Un abrazo guapa

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  3. Yo te envío más paciencia... Nunca es poca! Al menos tu hija se cabrea porque quiere ir ella a darte los buenos días. Los buenos días de mi hijo son un "¡¡¡aaaaaaaah, que me dejeeees!!!!"

    Un besazo! ;-)

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    1. Hoy ha sido un enfado sin motivos. Esos los llevo peor. Porque no tengo solución :(
      Gracias y un besote

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  4. Yo he vivido (y vivo) muchas situaciones como las que comentas... En nuestro caso si coincidió más con los dos años, pero ahora que tiene casi cuatro de vez en cuando seguimos con las mismas. Qué le amos a hacer, armarse de paciencia sabiendo que como dice Carmen, pasará.
    Un abrazo!

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  5. Son etapas y aunque se que no sirve de mucho consuelo segura estoy de que lo estas gestionando de la mejor forma posible!!así que ánimo que ya verás que la final todo pasa y dp de la tormenta llega la calma!!

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    1. Hay veces que lo gestiono mejor que otras. Pero es un aprendizaje continuo para las dos.
      Un abrazo :)

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