jueves, 1 de mayo de 2014

Hija única

Una muy buena amiga mía siempre me decía que tenía la vida muy planificada y tenía razón. Con cierta edad me casaría, con tal edad tendría los hijos para no ser una madre muy mayor, y hasta tenía calculada la edad a la que debía comenzar a cotizar para asegurarme una buena jubilación. El devenir de los años, un despido embarazada en plena crisis y otros altibajos, me fueron descubriendo una realidad bien distinta, que aunque bastante alejada de mi plan inicial, ha acabado por demostrarme que el albedrío también puede hacerte muy feliz.

Ahora ya no planifico a largo plazo y he aprendido a resignarme con lo que viene. No lo entendáis como algo negativo, sino más bien como una rápida aceptación de lo que sucede y no se puede cambiar. Puede ser visto como una rendición ante lo que ocurre pero yo prefiero pensar que es el mejor camino para la felicidad.

Y en esas estoy ahora, resignándome con que mi hija va a ser hija única. Era una de esas cosas sobre las que tenía certeza absoluta que no pasarían. Yo fui hija única muchos años y no quería eso para Blanca. Tuve muchas cosas buenas que nunca habría tenido probablemente de haber tenido hermanos y no me refiero a cosas materiales, sino al tiempo. Mi madre me dedicó mucho tiempo, para jugar, para hacer manualidades, para ir en bici al parque, para dejarme dormir con ella. Tuve una relación en la infancia con ella muy distinta a la que después tuvieron mis hermanas cuando eran pequeñas.

¿Y por qué desear un hermano para mi hija si a mí no me fue tan mal?
Pues porque siempre he pensado que los hermanos tienen unas vivencias juntos, sienten un amor tan grande, disfrutan tanto unos de otros cuando son pequeños...que es algo que quería que mis hijos tuvieran.

Mi pareja dice que yo tengo idealizado lo que es tener hermanos de la misma edad, que obvio las peleas, las rivalidades, los favoritismos y que a veces de mayores pueden ser o no amigos.

De cualquier forma, y en mi nueva línea de ser feliz a toda costa, he asumido que Blanca será hija única. Me hubiese mucho gustado darle un hermano pero no creo que su felicidad vaya a depender de ello. Mi amiga La Gallina Pintadita (Carmen) dice que nadie echa de menos lo que nunca ha tenido y, aunque no siempre ocurre, espero que sí sea el caso de Blanca. Mi prioridad en la vida es que crezca feliz y sus padres harán siempre todo lo posible para nunca se sienta sola por no tener hermanos.

10 comentarios:

  1. Lo más importante para un niño, es tener unos buenos padres en los que poder verse reflejado, y que sean su ejemplo a seguir en la vida; y creo que eso tu lo cumples con creces. Eres una madre genial, besicos guapa

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    1. Muchísimas gracias Cristina, pero no soy tan buena madre. Me equivoco a menudo y tengo muchas inseguridades en si estoy haciendo las cosas bien. Ojalá ella nunca se sienta sola por no tener hermanos.
      Un abrazo enorme

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  2. Pues no, no creo que la felicidad de Blanca vaya a depender de tener o no un hermano. Hay mucho más en la vida, entre otras cosas el tener unos buenos padres en los que reflejarnos, que nos quieran, que nos apoyen, nos sostengan...todo eso y más sois vosotros para ella...sólo el tiempo dirá si será feliz o no. Nunca sabremos si lo seríamos/será más o menos con otras circunstancias.
    Vivamos la vida tal y como viene

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    1. Mil gracias Carmen!!! Como dices sólo el tiempo nos dirá... y espero que no sea muy cruel conmigo!!!
      Un beso enorme guapísima

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  3. Hola guapa, yo soy hija única y tengo dos hijos. Pienso que lo que la vida te quita por un lado, te lo devuelve por otro.
    Personalmente, eché de menos tener un hermano/a cuando era pequeña, pero conozco hijos únicos que no lo han vivido así; hay hermanos que se llevan de maravilla y otros fatal.
    Pienso que se puede tener una vida plena, intensa y feliz siendo hijo único o teniendo 7 hermanos, lo que da sabor a la vida es el amor, el que se da y el que se recibe, y seguro que eso a Blanca no le faltará ♥

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    1. Qué bonitas palabras Kim. Ojalá yo sea capaz de darle a Blanca tanto amor que jamás eche de menos no haber tenido hermanos.
      Un besote

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  4. Fíjate que yo estoy haciendo un trabajo intenso con eso, tenía idealizado lo de tener niños que se llevaran poco tiempo y he de aprender que los hermanos no tienen porqué ser amigos, esto me está costando pero me ayuda mucho. Mis frustraciones más grandes en este momento es que no se admiren o se amen entre sí como yo los amo o admiro a ellos. Es complejo de explicar pero creo que estoy llegando a algún sitio, creo que es parte de mi sombra no tolero que se rocen y de eso hay mucho, así que debo aligerar su carga y la mía y aceptar que las fricciones entre hermanos están ahí y son normales, el aprendizaje es el de resolver conflictos y tolerar la diferencia.
    Con todo este rollo quiero decir que no es bueno idealizar lo que no se tiene, ni lo que se tiene, aceptar lo que la vida te ofrece, el amor se presenta de muchas formas y no tenemos manera de saber cómo sería de otro modo.
    Un fuerte abrazo bonita!

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    1. Creo que tienes razón con lo de idealizar lo que supone tener hermanos. De todas formas, también pienso que tus hijos son muy pequeños y que a esta edad es normal que existan más diferencias entre ellos, entre el que apenas anda y el que ya corre, habla y se expresa con fluidez. Seguro que dentro de unos meses las cosas serán distintas y habrá camaradería y juegos.
      Un beso enorme

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  5. Yo fui hija única y no he echado de menos tener hermanos, la verdad. Es más, tengo ejemplos cercanos de hermanos que se llevan a matar, así que...Pero de haber vivido unas circunstancias diferentes, yo me habría planteado tener otro hijo. No tanto por dar hermanos al que ya tengo sino por revivir la maternidad...
    Por otro lado tener un solo hijo también tiene sus ventajas, creo yo, y en eso pienso cuando miro al mío. :)
    Muas!

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    1. Pienso igual que tú que ser hijo único es una ventaja para muchas cosas...y espero que Blanca Nunca eche en falta tener hermanos. Ojalá tuviese una bola de cristal. Ahora es feliz y con eso me conformo.
      Un besote

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