lunes, 21 de enero de 2013

Educar sin castigos (II)






Me hubiese gustado que no hubiese transcurrido tanto tiempo desde que escribí la primera parte, pero últimamente disponer de tiempo para mí es algo bastante complicado.

Blanca ha entrado de lleno en lo que llaman los "terribles dos años" y, para ser sinceros, al final no es para tanto. Es verdad que hay veces que me entran ganas de salir corriendo, pero pienso que es más por mi falta de experiencia en estas situaciones que por lo que esté haciendo ella. Simplemente ha dejado de ser un bebé para ser una personita con opinión propia, como cualquier otra. Así que me encuentro en la mejor situación posible para poner en práctica todo lo aprendido en el libro de Naomi Aldort y poder contar mis experiencias.

Antes de hablar sobre mi opinión personal voy a haceros un pequeño resumen, bastante somero porque debéis leeros el libro!, de las ideas que más me han gustado:

Dar libertad a los hijos
La autora nos propone que demos más libertad a los hijos en todos los sentidos, de expresión y de acción. A veces cuando los pequeños se ponen a llorar o se enfadan, en seguida intentamos que dejen de hacerlo, y esto no detiene los sentimientos, sólo la expresión de los mismos. Si cualquier persona vive conteniendo sus sentimientos al final acabará saliendo de otra forma y esto no es sano. Si dejamos que expresen libremente sus sentimientos de alegría y felicidad... ¿No es lógico que también puedan expresar cualquier otro tipo de sentimientos? Siempre que sea posible debemos dejar a nuestros hijos tomar sus propias decisiones ya que deben aprender por sí solos muchas cosas, y cuando no sea posible, con cariño les explicaremos los motivos.

Aceptar sus sentimientos
Los niños, al igual que los adultos, tienen sentimientos perfectamente válidos que no hay que distraer o negar. ¿Cómo nos sentiríamos nosotros si al estar tristes o enfadados nuestra pareja o amigos no le dieran importancia o intentasen cambiar de tema? Pues eso es lo que hacemos con nuestros hijos cuando les distraemos o le quitamos importancia a lo que les pasa. Esto me ha pasado recientemente con Blanca, cuando ha comenzado a indicarnos las cosas que le dan miedo. Antes le decía que no pasaba nada pero ahora procuro no emitir juicios de valor, sólo valido que está asustada (le digo que sé que lo está) y le ofrezco mi apoyo.

Escucharles
Cuando nuestros hijos están enfadados por una situación determinada, los sentimientos que afloran son de impotencia al no poder cambiar los hechos y suelen centrarse en las personas que los provocan ("Su felicidad depende de alguien que no puede controlar")  Por ejemplo, cuando no quiere irse a casa en el parque y empieza a llover. Normalmente se enfadará con mamá porque se lo quiere llevar y no con el hecho de que está lloviendo. Muchas veces con validar los sentimientos del pequeño y que se sienta comprendido, podemos hacer que el niño se sienta aliviado y que ponga su atención en el hecho en sí.

Permitamos que crezcan seguros
Si permitimos que se expresen con total libertad y siempre, con independencia de lo que hagan, les tratamos con mucho amor, crecerán seguros de sí mismos. Además no tendrán miedo a contarnos cuando se han equivocado, cuando han roto el jarrón de cerámica o han pintado en la pared. Esto me encanta. Me gusta muchísimo la idea de que mi hija confíe en mí, en mi amor hacia ella, y sepa que haga lo que haga podrá contar conmigo. Según Naomi Aldort esto es posible si no le juzgamos, le tratamos con respeto, evitamos las comparaciones (esto lo tengo que corregir), respetamos sus decisiones y opiniones, y no recurrimos a sobornos o amenazas.

Mi opinión personal ¿Pero realmente podemos evitar las amenazas y castigos?
Desde que me leí el libro he intentado poner en práctica algunas de sus propuestas, unas con más éxito que otras. Debo decir que lo que mejor me está funcionando con Blanca es la visualización de la que hablé en el primer post y la validación de sus sentimientos. Me sorprende muchísimo cómo en situaciones de enfado de Blanca, sólo con saberse comprendida y apoyada, disminuye y acepta las situaciones.
Ayer por la tarde, por ejemplo, volvíamos a casa, estaba cansada, tenía sueño y se aburría en el coche. Empezó a quejarse y a protestar. Yo podía haberle reñido por gritar o haberla intentado distraer como otras veces, y sin embargo opté por validar sus sentimientos:

-Mamá.- Estás cansada de estar tanto tiempo en el coche ¿Verdad?
-Blanca.-
- Mamá.- Lo entiendo, yo también estoy cansada. Ya estamos llegando. ¿Ves ese edificio? Está cerca de casa ¿Te acuerdas?
-Blanca.- Sí. Mira, las luces.

Y se le pasó su enfado. Sabía que compredía cómo se sentía y que no me disgustaba, la apoyaba. El resto del camino estuvo haciendo dibujos en el cristal de la ventana del coche.
Me ha pasado en más ocasiones y funciona mucho mejor (y con mucho menos estrés) que cualquier otra cosa.

Sin embargo, hay algunas veces que las cosas no son tan sencillas. Como cuando va a meterse en la bañera y comienza a hacerse la dormida (quitarle la ropa a una niña de 15 kilos que se deja caer todo el tiempo es complicado). O cuando escupe la comida que, aunque lo hace cada vez menos, es algo que me enerva. En estas situaciones no hay validaciones ni argumentos que valgan y acabo recurriendo al "Eso que estás haciendo no me gusta" o a las horribles amenazas del tipo "Si vuelves a escupirlo no voy a darte más" (Odio que me salga esta frasecita sin tiempo a visualizar)

Al final mi mensaje es optimista. Lo que realmente pienso es que sí se puede educar sin gritos, amenazas ni castigos (la mayoría del tiempo). Digo la mayoría del tiempo porque somos madres y padres humanos, y todos nos podemos equivocar o perder los nervios en un momento determinado. Creo que sí podemos dejar atrás las educaciones recibidas y que, con trabajo y esfuerzo, podemos educar de forma distinta...

18 comentarios:

  1. Las rabietas de mi Peque a veces si son desesperantes, pero he llegado a tomármelas con bastante filosofía y trato de no caer en esas conductas que tan poco me gustan (siempre que el día acompañe, claro, jejeje...).
    Un besote.

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    1. A veces es más difícil cambiar nuestros sentimientos hacia una acción que solucionar el hecho en sí. Verdad? Me alegro de que tomes las racistas con calma, yo estoy aprendiendo :)
      Un besote

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  2. Marián, me laegro mucho de que te haya servido este libro. Yo diría que Mi Libro :) lo leí hace mucho tiempo pero sigue en mi mesilla. Me reafirmó en la manera en que quería relacionarme con mis hijos y se extendió al resto de las personas con las que trato. Básicamente es escucharse sin juzgarse y validarse, escuchar sin juzgar y validar y no controlar a los niños sino darles poder de decisión. Cómo me gustaría charlar contigo sobre el libro delante de una taza de café :) Besos guapa!

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    1. A mí me encantaría hablar contigo de este libro también. Creo que es de esos libros que tendré que releer con el tiempo y me encantaría poder contar con la experiencia de otras madres que lo ponen en práctica. Es una forma maravillosa de educar y, aunque para mí supone un esfuerzo parar mis primeros impulsos, el resultado merece la pena con creces.
      Un abrazo preciosa

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  3. Marián un saludo desde Almería yo estoy apunto de ser por segunda vez abuela.

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  4. Este libro no lo tenía fichado, me lo apunto ;-) La verdad es que si los tratas de igual a igual y validando sus deseos y sentimientos se puede negociar casi siempre. Lo mas difícil para mi es cuando están muy cansados, porque probablemente también tu lo estás, entonces hay que parar la máquina del "mal rollo" y para eso debes estar muy presente. Hay que seguir practicando y aprendiendo, porque los referentes generacionales no son demasiado válidos.
    Un abrazo guapa!

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    1. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Normalmente los cansancios son comunes y cuesta más manejar las situaciones. Es una carrera de fondo y hay que trabajar cada día. Espero que te guste el libro tanto como a mí.
      Un abrazo enorme

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  5. Te lei y me vi.... Nicolás esta en los 2 años.... y dsd hace como 3 meses ha cambiado tanto... y como tu dices ha dejado de ser bebe y se esta convirtiendo en un ser independiente y expresivo a mas no poder... mi mayor deseo como mama es poder criarlo y educarlo sin agresiones ni regaños... darle su espacio para que se exprese.. pero a veces hay momentos en los que me saca de mi...y el autocontrol se me va-.... lo regaño ... lo llevo al cuarto para que se calme y funciona pero siento que se me rompe el corazon de verlo llorar y sufrir.... voy a leer el libro que recomiendas ... muchas gracias x compartir cosas tan positivas ... las mamas unidas venceremos... ojala puedas seguir el blog que estoy iniciando... salu2 y muchas felicidades http://taniasobrevilla.blogspot.mx/

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    1. Gracias a ti por hacerme la visita. Me alegro muchísimo de que te haya gustado la entrada. Te devolveré la visita!
      Un besote

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  6. No conocía este libro, me ha resultado muy interesante, muy acertado. Tengo que hacerme con él.

    No siempre es fácil, porque tanto sus sentimientos y circunstancia tanto suyas como nuestras no son siempre las mismas. Por supuesto es verdad que reconociendo sus sentimientos ayuda mucho, pero no siempre es tan fácil.

    Precisamente el domingo pasamos la peor rabieta hasta ahora, una hora de rabieta, parecía que se le iba pasando y otra vez, claro el papá y yo ya desesperados, y ella ni te cuento claro. Lo pasamos muy mal los tres.

    Gracias por compartir esto porque creo que siempre nos ayuda.

    Un besazo

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    1. Gracias por tu comentario. La verdad es que de momento Blanca no ha tenido demasiadas rabietas y quizás por eso no me ha resultado tan complicado gestionar sus enfados. Espero que entre todas podamos ayudarnos dando información de este tipo. A mí me ha ayudado mucho este libro, por eso quería compartirlo, y espero poder leerme más libros sobre crianza respetuosa. Si conoces alguno me encantaría que me lo dijeras.
      Un abrazo enorme

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  7. Como ya me pasó con la anterior, la entrada me ha encantado, ¡y me viene genial! Tengo fichado el libro para leerlo, y tiene que ser antes de que llegue la Pulguita, junto con otro par que quiero leer sobre lactancia materna...
    Últimamente las hormonas me tenían bastante descontrolada, y perdía la paciencia con facilidad, pero llevo unos días que estoy intentando poner en práctica todo esto que comentas, y la verdad es que la cosa va mucho mejor.
    Hay ciertas cosas que el Peque hace que me ponen especialmente nerviosa, pero trato de evadirme un poco, respirar profundo y no darle mayor importancia... Evidentemente, es más o menos difícil dependiendo del día ;-)
    Un abrazo enorme!

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    1. Tienes razón. A veces tenemos un día complicado y, por lo menos yo, controlamos menos. A veces creo que es un trabajo lento, hasta que dentro de poco nos salga sin tener que hacer un esfuerzo ;)
      Un besote y gracias

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  8. Hola wapa. Estamos en el camino que por cierto nadie dijo que fuese fácil. Hoy no me dejan pero volveré,léete una entrada del blog criar en contravías, las madres brujas! Me ha parecido genial un beso y respira,lo haces genial con Blanca!!!

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    1. Muchas gracias guapa! Lo leeré esta noche! :)
      P.D. Me dijo la gallinita que te conoció en lo de la charla. Me dio una rabia no haber ido!!!!

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  9. Muy interesante!, he leído la primera parte pero no he llegado a entender bien lo de la visualización... A veces me parece tan sumamente complicado con algunas conductas... no sé por dónde salir, ni cómo explicarle... me siento totalmente impotente. Quedaré pendiente de la continuación para cuando puedas ;).

    Muchos Besotes!!!.

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    1. Puede que no haya explicado bien la visualización. Consiste en pararte unos segundos antes de decir o hacer algo ante un hecho de tu peque. Intenta imaginarte a ti misma diciendo lo que pensabas decir y lo que sentiría tu hijo al oírlo. Si no te gusta la escena que imaginas...no digas lo que pensabas decir.
      Un abrazo guapa

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